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El SEÑOR decidió destruir
    la muralla de la hija de Sion.
Hizo sus planes muy cuidadosamente
    y no dudó en destruirla.
Él hizo que las fortificaciones y las murallas
    se quejaran y se debilitaran.

Sus portales se vinieron abajo.
    Él convirtió en pedazos sus barras de hierro.
El rey y sus príncipes fueron esparcidos por todas las naciones
    y no queda ninguno para dar enseñanzas.
Ni siquiera los profetas
    pueden recibir una visión del SEÑOR.

10 Los ancianos de la hija de Sion
    se sientan en el piso en silencio.
Arrojan polvo sobre su cabeza
    y se visten con ropa áspera.[a]
Las jóvenes de Jerusalén
    inclinan su cabeza hacia la tierra.

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Footnotes

  1. 2:10 ropa áspera Ropa que la gente usaba para demostrar su tristeza.